ENSEÑANZAS PROFESIONALES
Las Enseñanzas Profesionales de Danza tienen como finalidad proporcionar al alumnado una formación artística de calidad y garantizar la cualificación de los futuros profesionales de la danza. Se ordena en cuatro funciones básicas: formativa orientadora, profesionalizadora y preparatoria para estudios posteriores. En su conjunto, el currículo de las enseñanzas profesionales de danza persigue garantizar una instrucción que proporcione el nivel de expresión artística propio de unos estudios especializados, destinados a aquellos alumnos y alumnas que posean aptitudes específicas y voluntad para dedicarse a ellos.
Las asignaturas que componen las enseñanzas profesionales de danza han de combinar, de forma equilibrada, el conocimiento teórico con las técnicas de interpretación y con los principios estéticos y artísticos inherentes al fenómeno de la danza, todo ello en el marco de las demandas que plantea la sociedad actual. Las enseñanzas profesionales se organizan en 6 cursos de duración y en 4 especialidades:
DANZA CLÁSICA, DANZA CONTEMPORÁNEA, DANZA ESPAÑOLA y BAILE FLAMENCO.
El acceso a las mismas es a través de una prueba y se puede acceder al primer curso o a cursos diferentes de primero. Para acceder al primer curso de las enseñanzas profesionales de danza será preciso superar una prueba específica de acceso en la que se valorará la madurez, las aptitudes y los conocimientos para cursar con aprovechamiento las enseñanzas profesionales, de acuerdo con los objetivos establecidos en este Decreto. Para acceder a cursos diferentes de primero de las enseñanzas profesionales de danza sin haber cursado los anteriores siempre que, a través de una prueba, la persona aspirante demuestre poseer los conocimientos necesarios para cursar con aprovechamiento las enseñanzas correspondientes.
Las características específicas de cada especialidad las tienen en cada una de las pestañitas.
ESPECIALIDAD DANZA CLÁSICA
La Danza Clásica, pilar fundamental de la técnica académica, sigue considerándose hoy en día un ejemplo vivo de excelencia artística, azarosa disciplina en una continua lucha contra la gravedad, que se muestra para el deleite de todos. La Danza Clásica, Danza Académica o Ballet, es una forma concreta de danza, que cuenta con distintas técnicas y movimientos específicos, basados en el control total y absoluto del cuerpo y debiéndose enseñarse desde temprana edad. Se desarrolla, fundamentalmente, en Italia y Francia en el siglo XVII, logrando una gran profesionalización, en 1661, gracias a la fundación de la Academie Royal de Danse (actual escuela de la Ópera de Paris), bajo el reinado de Luis XIV.
Durante el siglo XIX, tuvo su mayor desarrollo, a través de dos etapas bien diferenciadas. Primero con el Romanticismo, donde se baila por primera vez en puntas, destacando ballets como «La Sílfide» o «Giselle» y, más tarde, con el Clasicismo, cuando Rusia pasa al primer plano de la danza clásica gracias al gran maestro y
coreógrafo Marius Petipa; creador de cientos de ballets, entre los que destacan: «La Bella Durmiente», «El Lago de los Cisnes» y «El Cascanueces».
A continuación, se nombran grandes figuras a lo largo de la Historia de la Danza: Pierre Beauchamps, Jean Dauverbal, Maria Taglioni, Carlota Grissi, Fanny Elssler, Vaslav Nijinsky, Tamara Karsavina, Anna Paulova, Mikhail Fokine, George Balanchine o Frederick Ashton, entre otros.
Uno de los elementos más característicos del trabajo de la Danza Clásica. Como curiosidad histórica destaca el nombre de María Taglioni, que fue la primera bailarina en llevar zapatillas de puntas, algo que revolucionó para siempre la forma de entender el ballet.
En el caso de los chicos, esta clase es utilizada para dar técnica específica de Varones, donde se hace más hincapié en el trabajo de giros y saltos.
ESPECIALIDAD DANZA CONTEMPORÁNEA
La danza contemporánea es una forma de expresión artística en constante evolución. Su forma es diversa y responde a las necesidades expresivas y creativas de quien la realiza o interpreta. Nace de una necesidad de ruptura con las normas y formas de la danza clásica, de la necesidad de expresar la realidad y las emociones de forma auténtica y orgánica, conectando de forma directa con el espectador.
Surge a inicios del siglo XX en EEUU y Europa, y se desarrolla hasta nuestros días. Al igual que con otros estilos de danzas, han ido apareciendo sus propias técnicas y codificaciones, que servirán como base para su posterior evolución hasta nuestros días. Las técnicas surgidas a principios del siglo son las que constituyen “La Danza Moderna” compuesta por técnicas codificadas como la Técnica Graham y la Técnica Limón. Más tarde, en el postmodernismo, aparecerá la Técnica Cunningham, la Técnica Release, o el Contact-Improvisation… Todo ello también se verá influenciado por otras disciplinas corporales como las artes marciales, danzas urbanas, la acrobacia, etc.
El cuerpo y el movimiento en la danza contemporánea se trabaja no solo a través de sus propias técnicas, sino que además también se entrena desde la improvisación, la expresión corporal, lo gestual, la investigación personal, la libertad de movimiento, sensaciones, emociones, etc. Se caracteriza por el uso del suelo, pies descalzos, el uso del espacio, la gravedad, el peso, los diferentes impulsos, la inercia, el trabajo de la energía, el contacto y la relación con otros cuerpos, así como la relación con el público.
La danza contemporánea desdibuja las fronteras con otras disciplinas como las artes plásticas, el performance-art, el teatro o las artes visuales. De estás últimas surgirán la danza-teatro, impulsada por Pina Bausch, o el video-danza que acerca las nuevas tecnologías al movimiento. Así mismo, ha influenciado a otras formas de danza, como el baile flamenco, la danza española y sobre todo la danza clásica …
Es una danza presente en todo el mundo, que ha bebido y bebe de diferentes culturas y raíces, sin perder su esencia, haciendo de ella un lenguaje rico y universal, una forma de expresión corporal y artística que conecta al bailarín con la sociedad y su momento presente, desde lo cotidiano o lo abstracto, lo visceral y emocional.
ESPECIALIDAD DANZA ESPAÑOLA
La danza escénica española es una manifestación artística que cristalizó en los primeros 30 años del S.XX, y ha estado en constante actitud de renovación a la vez de mantener su tradición, pero intentando ampliar y renovarse. La Danza Española es un tesoro genuinamente nuestro, con características propias que lo distinguen del resto de danzas del mundo por el uso de las castañuelas, los quiebros, zapateados, el acompañamiento musical de la guitarra, uso de músicas autóctonas como los tiempos ternarios ( boleros, fandangos, seguidillas, etc) y que ha marcado tendencias incluso en algunos momentos de la historia.
Consta de 4 grandes estilos: Folklore, Escuela Bolera, Flamenco y Estilizada, que cronológicamente han aparecido en este orden, retroalimentandose unas de otras.
El Folklore
Transmitido popularmente, de generación en generación y que supone la fuente inspiradora e inagotable de coreógrafos y músicos. Caracterizado por su riqueza y variedad, debido a la diferencia de regiones que integran el suelo ibérico.
La Escuela Bolera
Constituye la forma más culta dentro de las formas más antiguas de la danza española.
El Flamenco
Con sus elementos esenciales que son el cante, baile, jaleo, guitarra, cuya única unión es el rito.
La Danza Estilizada
Ha ido gestándose desde principios del S XX como último de los estilos mencionados, ha creado cimientos para la aparición de las tendencias futuras de la danza española, que seguramente la llevarán con su riqueza creadora a un mundo lleno de posibilidades, ya que es una danza definida por el tratamiento teatral y coreográfico de los distintos estilos: folklore, escuela bolera y flamenco.
ESPECIALIDAD BAILE FLAMENCO
El flamenco es uno de los mayores exponentes de la identidad cultural andaluza. Es un vehículo de expresión de sentimientos profundamente enraizados en nuestra tradición, depositario de valores sociales, económicos y culturales. El baile flamenco es la forma de transmitir nuestra cultura expresándonos a través del movimiento de nuestro cuerpo con el apoyo de la guitarra y el cante, que le prestan la música, el compás y el ritmo imprescindibles para su realización.
Para empezar a bailar flamenco hay que estar convencido de ello y ser paciente; no es algo que pueda aprenderse en dos días y si alguien te dice eso, te está «vendiendo la moto». De hecho, el flamenco es una danza en la que a la dificultad de aprender los pasos y movimientos, se añaden los códigos de entendimiento con el guitarrista y el cantaor, las características específicas de cada palo, el sentimiento y el arte que hay que ponerle…
Pero no por esto hay que tenerle miedo. Todo lo contrario. Su mayor virtud es que es un baile cuyo encanto está en la personalidad y el arte de quien lo interprete y otras cualidades, como la juventud, la resistencia o flexibilidad que se exigen en otras danzas, no son imprescindibles. Con unas mínimas facultades, estudio, constancia y mucho corazón, casi todo el mundo puede llegar a aprenderlo y disfrutarlo.
El baile flamenco hay que sentirlo y hacérselo sentir al que lo contempla. Hay que saber dar salida a los sentimientos y a la expresión de nuestra personalidad. Para ello, hay que entender el cante y la guitarra y dejarse llevar por ello.